Se trató de dar una solución integral a la cubierta del edificio principal del Parador. Se habían detectado diversos problemas de humedades y en algunas zonas deformaciones del tablero de rasilla que apoya en los tabiques palomeros.
Para ello se propuso el desmontado de la cubrición de tejas árabe actual, apilándolas para su posterior colocación. Como era previsible la rotura de parte de ellas, se pretendió reutilizarlas en las cobijas, renovando las tejas canal. Con esto se consiguió un aspecto exterior idéntico al actual.
La cubierta reparada está en su mayoría sobre tabiques palomeros y tablero de rasilla, pero en algunas zonas sobre forjado cerámico e incluso hay unas pequeñas zonas en el porche de entrada y en las zonas de balconadas, que está sobre estructura de madera.
Se aprovechó para cambiar los pararrayos del Parador y colocar una línea de vida que sirviera para posteriores actuaciones de mantenimiento.